12 marzo 2008

Narrativas gráficas

Hay ciertas inscripciones de procesos y lugares que suelen acontecer como narrativas gráficas a través de contigüidades físicas y eventos. La temporalidad de los procesos de aparición y desaparición del dibujo construye narrativas espectrales de incorporación kinestesica, que gráficamente encarnan los campos temporales de acción y medio. En este sentido, podemos referir los estudios de líneas de Piero Manzoni contenidos en tubos tales como Line 1000 Meters Long (1961), donde el rollo de papel estaba marcado con una sola línea continua.
Aunque el tamaño del rollo variaba en cada trabajo, el concepto de la línea se extendía hasta el infinito. Asimismo, los trabajos preformativos y en papel hechos por James Lee Byars incorporan de manera muy clara la narrativa de la acción en el objeto gráfico, como en Mile-Long Paper Walk (1963–64), donde el artista o un invitado desdoblaba grandes cantidades de papel japonés durante el curso de una hora. En estos trabajos el empleo de elementos formales como principios de duración y espacio exponen la temporalidad lírica de una acción como incorporación física.
De esta manera, en el filme Ztrata (1991-2002) de la artista británica Tacita Dean, se muestra a un profesor que escribe con gis sobre la pizarra de un salón de clases: primero, la palabra pritomnost (en checo, presencia) mientras apunta hacia los alumnos, después la palabra nepritomnost (ausencia) apuntando hacia el salón vacío y, finalmente, la palabra ztrata (desaparición) cuando acto seguido borra dicha palabra de la pizarra. La precariedad del material registra tanto la acción de escribir como la denotación de lo escrito, donde las narrativas que se desarrollan de manera paralela son aquellas de significación matérica y de dominio literal. Simultáneamente se arrastran los materiales con movimientos corporales en desvanecimiento; así como la presencia es un signo denotativo, el borramiento es una particular descripción de ausencia como un signo de pérdida en el proceso hacia la desaparición. La hechura de la obra concierne a la naturaleza física de cuerpos-grafías en la operación que figura tiempo por materia. Esta dimensión de trabajo orientado al proceso comprende el acto colapsado del comienzo y el final de la creación, también observado en acciones e índices de desaparición de otros trabajos de Dean tales como Disappearance at Sea (1995), Voyage de Guerison (1997), The Roaring Forties: Seven Boards in Seven Days (1997), Chere petite soeur (2002).
Las narrativas gráficas apuntan a sus respectivos procesos como eventos analógicos: “Todo lo que podemos cuantificar es análogo: largo, ancho, voltaje, presión... la escritura es análoga, el dibujo es análogo... El pensamiento... es transmutado en líneas sobre papel o marcas sobre una pizarra...” (Tacita Dean, 2006). La indicación deíctica y la metaforización de procesos sobre la imagen como latencia, visibilidad y desaparición configura narrativas gráficas en el arte contemporáneo que van de la exposición del tiempo, la distancia, la medida y el proceso de inscripción.

Lo que nos queda : Nos–otros

"We" is a modality, a form, of the with, of the being-with, or the doing-with, avoc, apud hoc, (chez) the other, as a host or a parasite. Yet "we" is always used by the individual. It is always one person who has the courage to say "we psychoanalysts," "we philosophers"[...] the category of the guest or the intruder, the visitor or the parasite, who inevitably takes advantage of you the moment he says "we"). The logico-grammatical modality appears interesting because, among other things, it is always me who says "we"; it is always an "I" who uses the term "we", assuming by this in sum, in the dissymmetrical structure of the statement, the absence or death of the other - or in any case his being incompetent or arriving to late to object. The one signs for the other. The dissymmetry is even more drastic when it involves a reflexive, reciprocal, or specular "we ... each other" (nous nous). Who can ever have the right to say, "We love each other"? But is there an origin of love, another amorous performance other than this presumption? If there is some degree of we in being-with, it is because there is always one who speaks in the name of the other, from the place of the other; there is always one who lives more, and longer... it is always an "I" who can say "we"; for example, "we love each other". Jacques Derrida

En torno a ‘lo que nos queda’, habría que considerar el diagnóstico de lo que queda como lo que hay: el reconocimiento de lo que queda como el tiempo de después y el lugar en el que estamos como planteamiento de itinerarios y realidades. Y quizá, con un poco de decisión, lo que nos queda por hacer, eso que nos toca, pues bien, las estrategias de acción.
Entre la desaparición y lo que queda hay un espectro de ruinas, restos, vestigios y por supuesto, memoria; con sus respectivas resistencias nacidas de generalizadas experiencias de violencia y sensaciones de inseguridad. Por ello, entender lo que nos queda (a través de la clínica de Daniel Garza Usabiaga y apoyado por Gediminas & Nomeda Urbonas) nos ha conducido a repensar
nos–otros como la preocupación sobre la inclusión del y con el otro. ‘Nuestros otros’ también seria una manera de decirlo con tono de apropiárnoslos, pero para fines de estar apostados en los efectos y afectos de nuestras acciones el pronombre nosotros implica empero la postura de vinculación efectiva y concreta que estábamos buscando. No por nada suenan tan familiares los términos efecto y afecto; el primero sugiere una reacción física de acuerdo con una causalidad y el segundo implica una reacción, un cambio que impele los estados del alma, aquellos de la voluntad. Afectar como un beneficio de la acción, presenta una práctica artística a través de la relación de sujetos y mundos desde su mutua transformación.
De este modo, formulamos una metodología de la confianza por medio de la participación en actos directos e inmediatos. Ponemos la confianza como el modo para el diálogo y la acción, donde la experiencia artística es una afectación local que vivifica un nos – otros en función de la conciencia del ahora como de la conciencia de sitio.

Proyecto: Ady Carrión, Nina Hoechtl, Gabriela Piñero, Itzel y AnXtina

11 marzo 2008

Grafia de los restos


Qu'est-ce que ca s'archive! ...what archives itself and how; the trace that arrives only to erase itself/that arrives only by erasing itself, beyond the alternative of presence and absence. Knowing this is not only difficult, it is impossible, and certainly not because there is always more to know, but because it is not of the order of knowledge. (savoir) Jacques Derrida

¿Cuál es la grafía de los restos? ¿En dónde queda la presencia del arte, si no en la materia que le sobrevive? La grafía es la inscripción, el registro y el origen de la memoria. Los restos que se desprenden del cuerpo quedan en orfandad para habitar espacios, rincones y otros cuerpos. Escombros que hacen sitios y superficies, configuraciones mediante un sistema de huellas que se organizan en calendarios y monumentos, tiempo y presencia.
De los restos se imprimen grafos transferidos al calor del agua de la ducha en los azulejos; grafos que se bordan en la almohada, a cada pesadilla y racimo de ansiedad. Tengo una escritura que hace enredos en la posición horizontal y cae todos los días al metro setenta aproximadamente, en picada al ritmo de mis pensamientos. Se extiende de mi cabeza a tus dedos, tapa la tina, oscurece las sábanas, se alarga de la piel al viento; en fin, es una escritura movediza, entretejida en el entorno, amarrada sutilmente a mi fisicalidad y desprendida inevitablemente, siempre yéndose. Es una escritura dibujándose débil y quebradiza, tan frágil como mis venas, es la población de ondulaciones epidérmicas externas como espuma. La vellosidad al cabo puede ser desde lo más íntimo el deshilado de la piel en pelos. Escritura blanda y escultura amorfa, que no se dice ni se lee. Estructura de contigüidades, soy metonimia de mis cabellos largos.
Los restos son de más, sobrantes o residuos con apariencia de innecesarios, desactualizados de su pertenencia material. Cada resto tiene inscrito algo de signo físico y es materia viva o muerta, pero al fin monumento: si nos hacemos santos quedarían las reliquias, si hacemos el amor quedarían los hijos, si hacemos arte quedarían la-s-obras. Lo que queda tras del ‘ahora’ envejecerá, se tornará ruina y materia de otras construcciones. Los despojos harán Historia, acumulando evidencias y pactando memoria. Los restos y las grafías son ya rasgos temporales, pero la grafía de los restos es afectiva, ni útil ni necesaria, no acaba de ser ninguna cosa. La grafía de los restos inaugura el sitio donde ocurre, transfiere el accidente en que algo cae, mancha, o se dispersa inocentemente en el sillón, la alfombra y los pasillos. Son restos que habitan sin mi cuerpo haciéndome presente en donde ya no estoy. Los restos serán barridos, eliminados, desmanchados y luego, la invisible grafía de los restos ocupará el sentido de la desaparición, es decir, dejará la apariencia con la que fue percibida pero ya habrá sido, en la eternidad de ese gesto que apunta la existencia (el archivo, el guardián de la economía de la represión mediante la inscripción, la desaparición y la destrucción). Así, después del fin del arte, el gesto de la creación es una inscripción atemporal, donde aún sin restos, hay arte.
AnXtina
(publicado en Periodico Milenio Estado de Mexico, columna "Reflejos", domingo 23 de diciembre de 2007)