02 agosto 2008

Animas 111 ( las formas del habitar)


Era un retrato funerario donde se evidenciaba el sorpresivo abandono de la vida y el tiempo en contra del cuerpo: a la semana de encontrarlo, a los seis meses de posponer su duelo. En el registro que mostrabas se concentra la violencia con que el descuido viene a los hábitos, en tonos mórbidos y olores fétidos, en su momento encapsulados en la privacidad. Formulabas la consecución de otro evento, el desplazamiento de lo ausente mediante lo imperceptible: una estancia que deriva en espacio y situación:a traves de tu cuerpo en el lugar de otro cuerpo, siguiendo pasos sin marcas y objetos vacíos de uso.
Cuando entré en ese espacio nos inscribimos en las formas del habitar. Penetrar ese particular entorno suspendido, inalterado, ya de fantasmas, ya fotográfico, nos hacía guardianes de esa cosa-museo y me involucraba en un tipo de estar contigo. En la permanencia como cuerpos, soltando una maraña de cabellos aquí y allá, de almohada a regadera, dejando el rastro de mi peso en los muebles, de mi piel en tu piel, y nuestros continuos restos en la casa. Asistir al suceso del otro sin saber de escenarios, historias y proyectos; traspasar la voluntad y los sentidos con memorias que nadie recuerda; domesticar la extrañeza y el desconocimiento; repasar las esquinas donde la vida es un evento inadvertido. Tus manos haciendo la fotografía de lo ausente durante la contradicción entre tu cuerpo-fantasma y tu cuerpo haciendo sitio en mi cuerpo, en el lugar donde me habitabas cotidianamente.
Anima Sola
"¡Cuántas hojas de almanaque, cuántos lunes, cuántos domingos, cuántos primeros de año esperando un primero de año separado por tantísimos años!", pensaba el sentenciado, y no pudiendo resistir aquello, le pidió al Dios tan abusivamente cruel, que le desterrase al Infierno definitivamente, porque allí no hay ninguna impaciencia."¡Matadme la esperanza! ¡Matad esa esperanza que piensa en la fecha final, en la fecha inmensamente lejana!", gritaba aquél hombre que por fin fue enviado al Infierno, donde se le alivió la desesperación.
"Peor que el Infierno", Ramón Gómez de la Serna, 1918.En Antología de la literatura fantástica, Borges, Bioy, Ocampo.
ORACION AL ÁNIMA SOLA
OYE MORTAL, EL LAMENTO DE UN ALMA APRISIONADA, SOLA, TRISTE, ABANDONADA EN ESTE OSCURO APOSENTO. Anima mía, Anima de paz y de guerra, Anima de mar y de guerra, deseo que todo lo que tengo ausente o perdido se me entregue o aparezca. ¡Oh, Ánima, la más sola y desamparada del purgatorio! Yo os acompaño en vuestro dolor, compadeciéndote al veros gemir y padecer en el abandono de esa dura y estrecha cárcel, y deseo aliviaros vuestra aflicción: ofrendaos todas aquellas obras meritorias, y he pasado, paso y he de pasar en esta vida para que paguéis vuestras culpas a Dios, y alcancéis su gracia esperando me haréis el gran beneficio de pedirle que dé a mi entendimiento lo necesario para que yo cumpla su Santa Ley, amándole sobre todas las cosas como a mi único y sumo bien, a mi prójimo como a mí mismo, pues así mereceré de su "Divina Majestad" y misericordia infinita mi salvación.
Cinco Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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